Cristo es nuestra paz
Estamos en medio de una sociedad llena de conflictos, de peleas, de ansiedad, de alteraciones emocionales, no hay tolerancia, los que reclaman por tolerancia son los más intolerantes; todo esto por falta de paz, la paz es la necesidad más grande de este mundo.
El mundo lo reconoce y busca la paz:
- Evitando los conflictos
- Buscando una solución pacifica (con acuerdos, tratados).
- Consumiendo calmantes, alcohol, drogas, entretenimiento, etc.
- Encontrando la manera de no pensar tanto, liberación del pensamiento, la idea es quitarse ese peso
- Aislándose, tratando de escapar de lo que le quita la paz
- Busca la paz dependiendo, si son conflictos externos (en el mundo,en el país, en la familia, en el trabajo, con sus amigos, vecinos) o conflictos internos (o sea dentro de sí mismo); para nada considera la paz con Dios.
- Entonces solo llegan a obtener una paz temporal y superficial, y cuidado que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina,.. 1 Tesa 5:3
La verdadera paz
- No se limita a ausencia de conflictos
- No depende de las circunstancias
- La mente humana es incapaz de producirla
- Es la paz que el mundo no la puede dar
- Es la paz duradera
- Es la paz que satisface plenamente
- Es la paz que sobrepasa todo entendimiento, guarda nuestros corazones y nuestros pensamientos Filip 4:7
- Es la paz fruto del espíritu santo, que mora en todo creyente. Gal 5:22-23
- Es la paz que viene del Señor, Cristo es nuestra paz
El hombre sin Dios es enemigo de Dios, ama al mundo y se constituye enemigo de Dios Stg 4:4, está en guerra con Dios y lo manifiesta haciendo guerra a otros hombres.
La paz entre los hombres no se logra mediante tratados de paz; la paz del hombre no se logra con tratamientos, la verdadera paz se logra con un cambio interior en el hombre para que deje de ser enemigo de Dios.
La paz primero tiene que ser hallada antes que pueda ser mantenida y el hombre no ha hallado paz porque está en guerra con Dios.
1 Pedro 3:10-11 Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala.
Por eso vamos a ver como hallamos la paz y como la mantenemos.
La paz verdadera no depende de nosotros, viene de Dios, Él es el Dios de paz
Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
La Paz la recibimos, si hemos recibido a Jesucristo como nuestro salvador personal,
2 Tesa1:2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
La gracia es el favor no merecido que todos los creyentes hemos recibido de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo cuando fuimos salvos. Día a día nos colman de bendiciones por su gracia. Algunas de estas bendiciones son materiales, la mayoría son espirituales.
La gracia que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derrama sobre todos nosotros los creyentes, se manifiesta en paz.
Paz es la quietud de espíritu que los creyentes podemos experimentar en medio de cualquier circunstancia, no importa si la circunstancia es buena o mala.
La gracia y la paz son bienes invalorables que los creyentes podemos disponer para vivir con gozo y satisfacción en este mundo.
Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
La paz es el fruto de la justificación.
Isaías 30:15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.
La salvación se encuentra en descanso y reposo, no es por obra, descansamos en la obra de nuestro Señor Jesucristo que hizo en la cruz del calvario, lo recibimos como nuestro salvador, sin hacer ninguna obra o sacrificio. Nuestra fortaleza es nuestra quietud y nuestra confianza en Dios.
El es nuestra paz Efesios 2:14-18
Efesios 2:14-18 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Efesios 2:14 comienza diciendo: Porque él es nuestra paz, él se refiere al Señor Jesucristo. Cristo es nuestra paz.
Isaías 9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
El Señor Jesucristo es el Príncipe de paz y por tanto Él es el único que puede hacer la paz. Aparte de él, jamás podremos hablar de paz verdadera. Si usted tiene a Cristo en su corazón, usted tiene todo lo que necesita para vivir en paz con Dios, con usted mismo, con su familia, con sus amigos y con todos en general. Pero si no tiene a Cristo en su corazón, no será extraño que tenga conflictos con algunas personas con quienes tiene contacto.
Cuando un Angel anuncio a los pastores que ese mismo día había nacido nuestro salvador, una multitud de huestes celestiales alababa a Dios diciendo ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Lucas 2:14
Continua Efesios 2:14 y el versículo 15…que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
Existía antes una irreconciliable rivalidad entre judíos y gentiles. Esta enemistad tuvo su origen en la separación que existe entre el hombre pecador y Dios, no importa si es judío o gentil.
El Señor Jesucristo, el Hacedor de la paz reconcilió a judíos y gentiles haciendo de ellos uno. Esto es algo extraordinario, dado el alto grado de enemistad entre estos dos pueblos. Esa enemistad era como un enorme muro que los separaba. la pared intermedia de separación.
Pero el Señor Jesucristo, el Hacedor de la paz, derribó este muro e hizo un solo pueblo de los dos.
El Señor Jesucristo, el Hacedor de la paz abolió en su carne las enemistades y la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas.
Esto se refiere a que por la muerte del Señor Jesucristo no sólo se consiguió abolir la enemistad de siglos entre judíos y gentiles, sino que también se consiguió abolir la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas. El verbo abolir significa dejar inoperante. La ley de Moisés era la piedra de toque entre judíos y gentiles, pero gracias a la obra de Cristo en la cruz, este obstáculo fue abolido o dejado inoperante. No significa que la ley de Moisés era mala. No, sino que simplemente cuando el Señor Jesús murió en la cruz del Calvario, la ley de Moisés cumplió con el propósito para el cual fue dada.
Ahora el cumplimiento de ley es el amor Marcos 12:30-31
Romanos 13:9-10 Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
Se pasó del ministerio de Muerte y condenación al ministerio de justificación.
2 Corintios 3:7-9 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
De esta manera se quitó de en medio lo que por siglos había sido motivo de división entre judíos y gentiles. Se había demolido la pared intermedia de separación entre judíos y gentiles.
Cristo es El Hacedor de la paz, mediante su muerte creó en sí mismo un nuevo hombre, el cual no era ni judío ni gentil, sino algo nuevo, algo que jamás antes había existido, llamado iglesia de Cristo o cuerpo de Cristo, donde no existe distinción entre judío y gentil.
Cristo es El Hacedor de la paz también reconcilió tanto al judío como al gentil con Dios, porque ambos eran enemigos de Dios.
Toda enemistad se origina en la enemistad con Dios; lo dice
Efesios 2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
En la cruz de Cristo se terminó la enemistad entre el pecador y Dios. Sin importar si eran judíos o gentiles, ambos eran enemigos de Dios, pero cuando Cristo murió en la cruz, también murió la enemistad de ellos con Dios y la enemistad entre ellos.
El Hacedor de la paz ha puesto en armonía a hombres que por siglos y siglos fueron enemigos de Dios desde que el pecado hizo su entrada en el mundo
Efesios 2:17-18 Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Ya hemos visto que el Señor Jesús tuvo que morir en la cruz para reconciliar al pecador con Dios.
Una vez muerto y sepultado, no quedó en una tumba, sino que resucitó al tercer día, ascendió al Padre y en el día que los judíos celebraban la fiesta de Pentecostés formó la iglesia, que es su cuerpo y Él es la cabeza.
Las buenas nuevas de paz fueron entonces anunciadas a todos, tanto a los gentiles que estaban lejos, como a los judíos que estaban cerca, pero igualmente separadas de Dios.
El mensaje que se anunció fue: Vengan a Cristo, porque por él, o por medio de él, tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
El Espíritu Santo está proclamando por medio de la iglesia el glorioso mensaje del Hacedor de la paz, invitando a todos a que hallen la paz que solamente Dios puede dar en Cristo.
Isaías 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados
Habiendo recibido a Jesucristo como nuestro salvador personal, tenemos a Cristo, tenemos la paz, él es la paz. El castigo de nuestra paz fue sobre él, el cargó con nuestro castigo que impedía estar en paz con Dios y por tanto tener la verdadera paz.
Así es, tenemos la paz, entonces debemos seguirla es decir mantenerla, para eso debemos:
- Poner nuestros ojos en Jesús; descansar en El
Fija tus ojos en Cristo, tan lleno de gracia y amor, y lo terrenal sin valor será a la luz del glorioso Señor.
Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Mateo 11:28-30 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
- Buscar ser llenos del Espíritu Santo
Gálatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
- Poner confianza y fe en el Señor y su Palabra
La palabra confiar en el lenguaje original significa agarrarse fuerte asirse con firmeza recargarse con la confianza de no caerse
Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado
Salmo 37:3 Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
- Poner la mira en las cosas espirituales
Romanos 8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
- Encomiéndate a Dios, pongamos en oración todo y démosle gracias
Salmo 37:5-6 Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
1 Tesa 5:16-18 Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. Dios quiere que tengamos salud en nuestros corazones y mentes.
- Esperar en él, tener presente nuestra esperanza viva
Salmo 37:7-9 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
1 Pedro 1:3-4 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
- Por nada estar afanosos
Lo que nos pasa en la vida, tiende a que nos volvamos, afanosos o colmados de ansiedad. La palabra nos dice
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Filipenses 4:6
Nosotros decidimos estar afanoso o no. Si quiere vivir afanoso, trate de arreglársela por su propia cuenta y lo más lejos que podrá llegar es a correr el riesgo de sufrir algún desorden emocional o mental, pero si no quiere vivir afanoso, doble este momento su rodilla ante el Señor, en toda oración, adorando su nombre, en toda súplica, compartiendo con el su carga y con acción de gracias y verá que el afán, la ansiedad, la angustia desaparecerán y Ud. podrá gozar de la paz de Dios que a su vez le permitirá tener sus emociones y su mente custodiadas en Cristo Jesús. Como dice Filipenses 4:7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
La misma palabra nos despide de esta hermosa manera.
2 Tesa 3:16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.