El perdón verdadero
Todos sabemos lo que es el perdón, pero no todos sabemos perdonar, tenemos que saber perdonar, con el perdón verdadero que Dios nos enseña en su palabra. En el Antiguo Testamento el perdón de Dios, para perdonar la iniquidad, la rebelión y el pecado estaba relacionado con el sacrificio. Con rociar verter, con la expiación por el pecado, por llevar, quitar la culpa. Se usaban cuatro términos hebreos que se traducen perdón.
El sacrificio de animales fue ordenado por Dios para que fuese para él hombre, un reconocimiento de su pecado y una manifestación de la verdad de que el pecado era lo que causaba la muerte.
Rociar o verter. Tiene que ver con la ceremonia que realizaba el Sumo sacerdote en el día de expiación, cuando entraba al lugar santísimo llevando la sangre de un macho cabrío que previamente había sido sacrificado, y rociaba esa sangre sobre la cubierta del arca del testimonio, conocida como el propiciatorio. Lev 4 ;5; 16
Era una forma simbólica de decir: la sangre de la víctima inocente que fue sacrificada cubre temporalmente el pecado, de modo que Dios pueda tener comunión con el pecador.
El pecado estorba la comunión con Dios, el perdón quita ese obstáculo, para que la comunión con Dios esté libre de obstáculos.
En el Nuevo Testamento también se usan varios términos que se traducen como perdón. Relacionado con enviar lejos, despedir, liberar mi pecado; otorgar un favor en forma incondicional; desatar, dejar en libertad; escatimar, ser indulgente.
El Perdón entonces tiene que ver con:
- mover obstáculos que impiden comunión,
- enviar tan lejos una ofensa, para que no estorbe la comunión,
- recibir el favor inmerecido de que una falta no cause una división
- quedar libre de la prisión que es la falta de perdón.
El perdonar no es un acto, por ejemplo
- no es olvidar lo ocurrido;
- no es llegar a excusar o justificar el mal recibido;
- no es negar el dolor producido;
- no es aceptar lo que paso;
- no es dejar de darle importancia; alejarse.
Al realizar estos actos, está ocultando el perdón, pero no está perdonando.
El perdonar es una actitud (las actitudes nacen del corazón)
- Produce dejar de lado pensamientos negativos que están llenando su corazón. El perdón es una característica de una vida auténticamente cristiana.
La palabra de Dios nos enseña que debemos perdonar.
- Debemos perdonar, es una orden que recibimos de la palabra de Dios.
Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Lucas 6:37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Perdonar es una orden. No es cuestión de querer, perdono si quiero perdonar o si no quiero perdonar no perdono. Tampoco es cuestión de sentir, perdonaré cuando sienta que debo perdonar, pero como ahora no siento perdonar no perdono.
Cuando vemos la gracia, misericordia y amor de Dios al perdonar todos nuestros pecados, debemos darnos cuenta de que no tenemos derecho a retener esta gracia para con otros. Hemos pecado muchísimo más contra Dios que lo que cualquier persona pueda pecar contra nosotros. Nuestra deuda es muchísimo más con Dios, que la deuda de cualquier persona tiene con nosotros. Mire lo nos enseña la parábola del deudor de los 10.000 talentos.
Mateo 18:23-33 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
Más él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.
Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
Si Dios nos perdona tanto, ¿cómo podemos rehusar perdonar a otros?
En el Padre Nuestro, le pedimos a Dios Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Mateo 6:12
El perdón es una obligación. Es una orden. En algunos casos es difícil perdonar, pero si no lo hacemos estamos desobedeciendo a Dios que nos ordena perdonar.
- Debemos perdonar sin condiciones.
1Juan 2:2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
En Cristo se da la obra de Dios para satisfacer su justicia para que nuestros pecados puedan ser perdonados y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Colosenses 2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircunsición de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.
El hombre estaba muerto en pecados y en la incircunsición de su carne. Es decir estaba muerto espiritualmente separado de Dios, en un estado miserable. Sin embargo, Dios vino a él y le perdonó, Cristo con su muerte pagó por todos nuestros pecados, por eso dice el texto que Dios nos dio vida juntamente con él, perdonando todos nuestros pecados.
Se dieron cuenta que Dios no puso condiciones para otorgar el perdón. Dios no dijo: Si dejas de pecar te perdono, o si me prometes que nunca más vas a pecar te perdono. Dios simplemente perdonó sin poner ningún tipo de condición.
Perdonar sería sencillo si sólo tuviéramos que perdonar a aquellos que se presentan ante nosotros y nos lo piden con pena y arrepentimiento. La palabra de Dios nos enseña que debemos perdonar a aquellos que pecan contra nosotros y lo tenemos que hacer sin condiciones.
- Debemos perdonar todo.
Salmo 103:3 Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
Jeremías 33:8 Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados que contra mí pecaron, y que contra mí se rebelaron.
El perdón de Dios es absoluto. Dice: Yo los limpiaré de toda su maldad. Yo perdonaré todos sus pecados. Dios no deja nada que deba perdonar. Así debe ser nuestro perdón a otros. No podemos decir te perdono por esto, pero por aquello otro que me hiciste, no te perdonaré jamás.
- Debemos perdonar siempre
Mateo 18:21-22 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Los rabinos de la época de Jesús enseñaban que se debe perdonar hasta tres veces; seguramente considerando Amos 1:3 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque trillaron a Galaad con trillos de hierro.
El Apóstol Pedro le pregunto a Jesús ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Pensando que hasta siete veces era suficiente el perdonar; pero Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Esto no significa que debemos contar las veces que alguien nos ofende y perdonar hasta que llegue a setenta veces siete o sea cuatrocientos noventa.
Vamos a Lucas 17:3-4 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.
Nos confirma, que lo está diciendo Jesús es que debemos perdonar siempre que nos ofendan.
- Debemos perdonar para siempre.
Jerem 31:34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Hebreos 10:16-18 Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. Añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
Cuando Dios nos perdona, su perdón es permanente, es para siempre. Dios no toma en cuenta las ofensas que ha perdonado.
El ser humano no siempre olvida las ofensas que recibe, pero tiene que hacerlo de corazón, porque si no tendrá tarde o temprano un efecto negativo en su vida cristiana.
Salmo 130:3 JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?
Miqueas 7:18-19 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
Debemos tener presente la bondad y la severidad de Dios
Dios es justo, Dios es amor; Dios nos da su amor, Dios nos da su perdón.
Rom 11:21-24 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
Marcos 3:28-29 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.
Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras. Salmo 145:17
Debemos perdonar al hermano que cae
2 Cor 2:10-11 Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.
Gálatas 6:1-2 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Podemos Juzgar, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado, si no estamos cayendo en la misma falta, es decir con autoridad necesaria en el nombre y el poder de nuestro Señor Jesucristo.
Pero si no se aparta de su pecado debe de ser quitado de en medio de vosotros.
1 Cor. 5:1-4 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo.
No existe peor condición de un ser humano, que un cristiano envuelto en sus iniquidades, si vemos su vida; vemos como sufre las consecuencias, se cumple 1Cor. 5:5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
La disciplina es un acto de amor para sacar al hermano del pecado. Hebreos 12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo
Si amamos, debemos perdonar
El perdón es una manifestación del amor de Dios
Rom 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Efesios 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
Luc 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
El perdón es una manifestación de amor a Dios y a nuestro prójimo
Si no hemos perdonado estamos dejando de tener en nuestros corazones el fruto del espíritu santo que mora en nosotros.
El ejemplo que tenemos de Esteban Hechos 7:55-60 Esteban, lleno del Espíritu Santo Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
Colos 3:12-14 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
La falta de perdón obstaculiza la comunión con Dios
Mateo 5:23-24 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
A veces es difícil perdonar al que nos ha hecho mucho daño, pero si no lo hacemos estamos haciéndonos daño nosotros mismos, porque nuestro corazón se llena de rencor, resentimiento, amargura y enojo.
La falta de perdón trae amargura y resentimiento Efesios 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
La amargura es un estorbo en la comunión con Dios.
Hebreos 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Mateo 6:14-15 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. El creyente que se niega a perdonar a otros, realmente no han experimentado el perdón de Dios en ellos mismos.
Finalmente, debemos tener presente la seguridad del perdón
Hay casos en los cuales el creyente es engañado por el enemigo, al punto que no se perdona así mismo por algo que ha hecho, se culpa, se condena, hasta llegando a pensar que debe de ser castigado hasta su destrucción. O la otra posición, ya que pecó, sigue pecando porque piensa que no se merece el perdón. Allí esta obra de Satanás que ha venido para matar hurtar y destruir. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10
También se da el caso de que sigue pecando, se justifica que es débil, total Dios le perdona, y así sin darse cuenta llega hacer de práctica el pecado, y El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 1Juan 3:8
En cambio el espíritu santo que mora en nosotros ante el pecado, se constriñe, espera que volvamos al gozo de nuestra salvación con la llenura del Espíritu Santo y poder tener esa vida en abundancia.
Por eso tenemos que tener presente la seguridad del perdón
1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.