EL VERDADERO EVANGELIO
NO ES UNA RELIGIÓN SINO UNA RELACIÓN PERSONAL CON DIOS
Santiago 1: 26, 27

“Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”

Lo nuestro tiene que ser una religión sino una relación personal con Dios.

Ahora bien, este versículo habla verdades que no podemos dejar escapar y que quiero explicarte para que no caigamos en el error de la religiosidad.

En toda Iglesia hay personas que son “religiosos”, este es aquel que habla de santidad, de estar bien con Dios, pero está engañándose a sí mismo pues si su fe no tiene obras, la tal es muerta. Un religioso cree que por decir palabras bonitas ya es un gran siervo delante de Dios, pero Dios no está mirando lo que decimos más bien las obras de fe que me llevan a realizar dichas palabras.

El versículo veintisiete lo dice claramente: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”, en pocas palabras la religión se traduce en acción y no en palabras, y las acciones de fe de amor al ser realizadas dejan de ser una religión porque nacen de un corazón que ama a Dios y quiere vivir para El, ese corazón es un corazón que no es religioso, sino más bien es un corazón que tiene una relación personal con Dios.

Y como nos ama Dios Juan 3:16 tenemos que amar primeramente a él y también a nuestro prójimo.

 Mateo 22:36- 40 Maestro ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?

 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento.  Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Que la palabra moderna solidaridad no aparece en los evangelios, éstos pueden considerarse, sin lugar a dudas, una constante invitación a su práctica, como expresión de amor universal sin barreras de ningún tipo.

La palabra más próxima a ésta, porque la supone y la incluye, es ágape que aparece 116 veces en el Nuevo Testamento (de las que sólo nueve en los evangelios). Con ésta se indica en el amor que proviene o tiene por objeto a Dios, o al hombre en cumplimiento del precepto divino: “Amarás a Dios... y al prójimo como a ti mismo”

El principio de solidaridad se formula claramente en Mt 7,12. Texto denominado “regla de oro”, donde Jesús resume el Antiguo Testamento con esta frase: “Todo lo que querríais que hicieran los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos, porque eso significan la Ley y los Profetas”. Jesús invita a ser solidario, o lo que es igual, a ponerse en el lugar del otro, como si fuera uno mismo, haciendo con él lo que uno desearía que le hicieran. Para ello hay que renunciar al egocentrismo; cada uno ha de considerar que los demás tienen con él un destino común, y, que, por tanto, merecen su atención e interés.

Este principio de solidaridad en su formulación extrema se expresa en el evangelio de Lucas (6, 27-31): “Ahora bien, a vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica; a todo el que te pide, dale, y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. O sea, tratad a los demás como queréis que ellos os traten”.

Ésta es la utopía a la que hay que tender: un amor que no excluye a nadie ni siquiera a enemigos y agresores; un amor tan solidario del otro que no espera recompensa alguna y llega hasta la renuncia de los propios derechos.

Hay que notar, no obstante, que “el ámbito del amor cristiano va más allá de la solidaridad e incluye toda relación positiva entre personas: la justicia, la generosidad, el respeto, la comprensión, la tolerancia, la ayuda, el afecto y la entrega, que forjan la unidad entre los seres humanos”. La solidaridad es, por tanto, una de las manifestaciones del amor que lleva al cristiano a fundirse o identificarse con el prójimo.

Justicia: Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde.

Generosidad: Actitud o comportamiento de la persona generosa.

Comprensión: Facultad del ser humano o facilidad para percibir las cosas y tener una idea clara de ellas.

Tolerancia: Actitud de la persona que respeta las opiniones, ideas o actitudes de las demás personas aunque no coincidan con las propias.

Si realmente quieres demostrar lo que profesas, entonces ve y has obras de fe, pero esas obras no pueden nacer de un corazón engañado, sino que de un corazón sincero y que ama a Dios. Si tú dices ser un buen cristiano, yo te pregunto

¿Qué estás haciendo para demostrarlo? ¿Estas accionando tu fe o eres un religioso? O como dice el dicho popular eres un padre gatica que predica y no predica

Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro seno; porque con la misma medida que midiereis, os será vuelto a medir. - Lucas 6:38

Y si el hermano o la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿qué les aprovechará? Así también la fe, si no tuviere las obras, es muerta en sí misma. - Santiago 2:15-17

Hay quienes reparten, y les es añadido más: Y hay quienes son escasos más de lo que es justo, más vienen a pobreza. - Proverbios 11:24,25

Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehúses.  Mateo 5:42

Yo puedo predicar y decir palabras lindas que conmuevan a las personas,

Pero si mis hechos delatan lo falto que estoy de verdaderas acciones entonces

Sería un religioso más que al final he estado perdiendo el tiempo en la iglesia que no hecho nada y no apliquemos este principio solamente a los hermanos sino también a los que están al frente como pastores

El final del versículo veintisiete de Santiago 1 dice: “y guardarse sin mancha del mundo”, acá está hablando de mantener una vida santa y esa vida no se demuestra nada más que hablando, guardarse sin mancha del mundo se demuestra con nuestro testimonio de vida, el testimonio habla más que mil palabras, muchas veces no es necesario andar gritando a los cuatro vientos que somos cristianos, sino que nuestros hechos delataran nuestra fe.

Amados auditores, la vida de un cristiano verdadero no es una vida religiosa, sino una vida de hechos, lastimosamente hay muchos dirigentes cristianos con tintes de políticos, prometen y hablan mucho, pero obran poco o nada.
Es hora de levantarnos con verdaderos cristianos, es momento de poner la fe y las obras antes que las palabras, las personas inconversas creerán más en nuestras obras que en nuestras palabras, pero si usamos las dos cosas tendremos un arma letal para arrebatarle muchas almas al enemigo.
Si cada uno de nosotros además de hablar también actuara, no tendríamos que andar rogando a la gente para que asista a la iglesia o para que acepte a Jesús, sino que las mismas personas motivadas por la manera de vivir nuestra querrán experimentar lo mismo que nosotros, puesto que nuestro ejemplo

Estará hablando más que mil palabras.

Lo más importante para Dios son las obras de fe de un corazón agradecido y

Hace lo que dice hay que erradicar el doble discurso en las congregaciones y en las vidas de los creyentes porque hay un dicho popular como es el profesor son los alumnos. Si nosotros como pastores tenemos doble discurso como serán nuestros creyentes por eso no crece la iglesia.

El evangelio no es una religión es una relación con Dios y la relación es viva acciona se mueve en favor de los demás la religión se mueve en intereses propios pero Dios se mueve en favor de todos

Y si usted se está moviendo en la voluntad de Dios estará haciendo más que mil palabras lo más importante para Dios son las obras de fe de un corazón agradecido que hace lo que dice y no tiene doble discurso

REFLECCION:

¿EN QUE CONSISTE UNA IGLESIA?

NO consiste en la construcción de grandes templos o campanarios sino en la construcción de vidas y establecer los principios y valores éticos morales de la palabra de Dios.

NO consiste en asientos acolchados ni en luces tenues, sino en ministros siervos de Dios fuertes, valientes y lleno del Espíritu Santo.

NO consiste en confiar en un alto presupuesto financiero, sino en corazones que aprendan a depender de Dios, y dados al amor y al servicio por los demás.

NO consistes en las numerosas ofrendas que recibe, sino en el servicio brindado en el nombre de Jesucristo a la familia, comunidad y sociedad en general.

NO consiste en las melodías dulces que se entonan sino en el fruto del Espíritu en los corazones que reflejan a Jesús en sus vidas.

NO consiste en muchos miembros, sino en la presencia de Dios y la dirección del Espíritu Santo en la congregación

NO consiste en lo que ha hecho en el pasado, sino lo que hace ahora y lo que va hacer en el futuro.