SEGUID SUS PISADAS   1 Pedro 2:21–23

1 Pedro 2:21–23 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;

Ya hemos aprendido que debemos crecer cada día, que es un mandato, sino crecemos estamos en desobediencia, también sabemos en qué debemos crecer, en gracia y conocimiento de nuestro señor y salvador Jesucristo, y sabemos cuál es la meta, hasta que Cristo sea formado en nosotros.

La semana pasada aprendimos de la grandeza del servicio, lo que era, como debemos servir a Dios, ejemplos en la biblia, consejos para mejorar el servicio, entre otros temas y vimos que tenemos a nuestro Señor Jesús el perfecto ejemplo.

Marcos 10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. 

Todo eso es parte del vivir como siervos de Dios. Y tenemos en nuestro Señor Jesucristo el perfecto ejemplo para ello. 

El Apóstol Pablo dijo a los Corintios

1 Corintios 11:1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. 

Y también a los Filipenses

Filipenses 3:17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. 

Se está refiriendo, el seguir el ejemplo de vida y las enseñanzas de Jesús  

Vamos a seguir con más ejemplos de vida, para nuestra vida como siervos de Dios. 

Jesús en su vida como hombre es nuestro ejemplo.

Poniéndonos en contexto el Apóstol Pedro antes está hablando de sufrir molestias padeciendo injustamente.

1Pedro 2:20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 

El es Dios con nosotros, nos dejó su ejemplo para que sigamos sus pisadas

1 Pedro 2:21–23  

Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;   el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;             

1Pedro 2:21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padecido por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;

Una exhortación para nosotros los creyentes, de seguir sus pisadas.  

Ahora se nos va a describir, en que debemos seguir sus pisadas, aun encontrándonos en las peores circunstancias adversas e injustas. 

1Pedro 2:22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;

o   El cual no hizo pecado.

Pase lo que pase, sean cuales sean las circunstancias, consecuencias, desaires, agravios o insultos que tengamos que soportar, no debemos pecar. Sabemos que es más difícil no pecar en circunstancias difíciles que hacer el bien en circunstancias fáciles. Es vital seguir la exhortación de seguir las pisadas de aquel en quien no hizo pecado.

Daniel 3:18-19 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. 

o   Ni se halló engaño en su boca

Él no hablaba con engaño. Ninguna pregunta que formuló ni ninguna respuesta suya estuvo marcada por el engaño. Nosotros es muy posible que nos enredemos unos a otros con palabras suaves y preguntas aparentemente inocentes. Y hasta caer en engañar es decir mentir con propósito de salir de la situación que nos afecta.  Pero en Cristo ni se halló engaño en su boca. Es vital seguir la exhortación de seguir las pisadas de aquel en quien no hubo engaño.

1 Pedro 2:1Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,

1Pe 2:23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;

o   No debemos maldecir

El Apóstol Pedro dice que cuando la gente maldecía a Jesús, Él no respondía con maldición. Guardo silencio ante las palabras maliciosas. Jesús vivió la verdad que Él mismo enseño cuando dijo:

Amad a vuestros enemigos

Mateo 5:44-45 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

De ninguna manera devolvamos mal por mal, maldición por maldición, entreguemos bendiciones.

1 pedro 3:9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.

De una misma boca como puede ser expresarse maldición y bendición

Santiago 3:9-10 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

Es vital seguir la exhortación de seguir las pisadas de aquel en quien no devolvía maldición con maldición.

De otras Escrituras podemos saber que los cristianos pueden suplicar, exhortar y reprender, pero nunca injuriar, ni amenazar.

o   No debemos injuriar

Injuriar es dirigirse con un lenguaje abusivo, insultante, reprochar, como cristiano no debemos hacer daño a nuestro prójimo de ninguna manera.

Jesús recibió injurias sobre la cruz, el no respondió

Marcos 15:29-31 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.

1 Tesa 5:15 Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.

Proverbios 20:22 No digas: Yo me vengaré; Espera a Jehová, y él te salvará.

Proverbios 24:29 No digas: Como me hizo, así le haré; Daré el pago al hombre según su obra.

No responder con insultos y venganza

Mateo 5: 38-42 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.

Levítico 24:20-22 rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él. El que hiere algún animal ha de restituirlo; más el que hiere de muerte a un hombre, que muera. Un mismo estatuto tendréis para el extranjero, como para el natural; porque yo soy Jehová vuestro Dios.

Según lo que hemos leído podría pensarse equivocadamente que antes si se permitía tomar la justicia por nuestras propias manos, estando bien claro el castigo.

Pero no, es un estatuto para impartir justica en el pueblo y evitar la ley del Talión que promovía la venganza.

 

Leamos en el mismo Levítico

Levíticos 19:18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.

 

Ahora pensemos un caso dentro de una congregación

 

Se puede presentar algún conflicto dentro de una congregación, entre hermanos en la fe, en el caso que genere pleito (que de por sí ya es una falta), porque alguien agravia o defrauda a otro.

1 Corintios 6:7-8 Así que, por cierto, es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.

Aquí tenemos otra gran enseñanza para nuestra relación entre hermanos, si somos agraviados o defraudados, nos dice

¿Por qué no sufrís más bien el agravio?

¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?

Con el conflicto nosotros los agraviados y defraudados, estamos agraviando y defraudando a los hermanos, que no nos han hecho nada.

Es vital seguir la exhortación de seguir las pisadas de aquel en quien no devolvía mal por mal.

o   No debemos amenazar

Cuando Jesús padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente.

Jesús nunca tomo la venganza en su propia mano. En lugar de vengarse de los que le injuriaban, en lugar de castigar a los que le escupieron en el rostro, en lugar de maldecir a los que les deformaron el cuerpo a golpes, en lugar de quejarse contra los que clavaron en sus sienes esa corona de espinas, en lugar de amenazar a los que traspasaron con clavos sus manos y sus pies,

Jesús expreso al Padre

Lucas 23:34 Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.

Esteban siguiendo los pasos de Jesús

Hechos 7:59-60 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió. 

Dejemos las amenazas

Efesios 6:9 Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.

Es vital seguir la exhortación de seguir las pisadas de aquel en quien que aunque padecía no amenazaba.

o   Se encomendó a Dios.

Si guardamos silencio ante los insultos, no significa que no haya respuesta al mal y a la maldad, sino que la respuesta queda en manos de Dios. Nunca debemos intentar vengarnos de nadie.

Rom. 12:19-21 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

Es vital seguir la exhortación de seguir las pisadas de aquel en que se encomendó a Dios.

 

Estas pisadas, serán de gran testimonio hacia otros que verán en nosotros algo maravilloso, verán a Cristo.

Si sufrimos por Cristo es un privilegio que se nos ha concedido

Filipenses 1:28-30 y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, más para vosotros de salvación; y esto de Dios.  Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.

Jesús nos dio un ejemplo práctico, el mismo lo experimentó­, porque Jesús, mientras vivió como Dios hombre en este mundo lo práctico y nosotros sus redimidos hemos sido llamados a seguir sus pisadas.

Los hijos de Dios no debemos vivir como nos venga en gana. Como hijos de Dios debemos vivir siguiendo las pisadas de Jesús. Una buena manera de lograrlo es por medio de hacernos esta pregunta antes de hacer cualquier cosa:

Si Jesús estuviera en mi lugar, ¿qué habría hecho?

Algo tan sencillo como esto puede revolucionar totalmente nuestra vida.

No existe mejor ejemplo de vida que el dejado por nuestro Señor Jesucristo. El Apóstol Pedro por tanto dice: 1 Pedro 2:21Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo…

El ejemplo de Jesús tiene mucho que ver con sufrir molestias padeciendo injustamente. Aunque Jesús no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca, porque Él es 100% Dios y 100% hombre.

Esto es sufrir molestias padeciendo injustamente. Si Jesús pudo hacerlo, entonces nosotros también, porque Jesús nos ha dado el poder para seguir sus pisadas.

¿Sabía que es posible que, aun siendo muy fiel al Señor, sufra molestias padeciendo injustamente?

Por lo tanto, no crea el mensaje manipulado de que cuando se recibe a Cristo como Salvador, se acaba todo sufrimiento, todo dolor, toda enfermedad, toda prueba. O que si es fiel al Señor jamás sufrirá padecimiento injusto. Tampoco el otro extremo, que ahora el diablo te va a zarandear.

Si Cristo padeció injustamente, que privilegio seguir sus pisadas en ese sentido también.

Nosotros tenemos que permanecer en Cristo, cada día crecer como siervo de Dios y esperar en El.

Si es su voluntad que pasemos pruebas difíciles, todo está bajo su control y propósito.         

1 Corintios 6:14 Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder.